Fuente: La Mañana
La doctora Lorena Quintana fue electa por el congreso de Cabildo Abierto como compañera de fórmula de Guido Manini Ríos. Tras la votación y en diálogo con La Mañana, señaló que se debe poner foco en la familia y la desintegración que está sufriendo. También dijo que el narcotráfico y la recuperación de los adictos se debe enfrentar al mismo tiempo.
¿Qué significa para usted esta elección para integrar la fórmula presidencial de Cabildo Abierto?
Significa un desafío y una honra que Guido Manini Ríos me haya elegido para compañera de fórmula. En un desafío para lo que se viene. Hoy es el inicio de la campaña para llevar a Cabildo Abierto a la Presidencia de la República. El compromiso es levantar la voz y decir cuáles son las ideas, los objetivos, los valores. O sea, lo que Cabildo va a defender y plantear para la próxima elección.
¿Cuáles son los principales temas en que se debe enfocar Cabildo Abierto?
Tenemos cuatro temas principales y los uruguayos tienen que conocerlos. El primero es la seguridad pública, algo que Guido Manini ha dicho muchas veces. Es él quien va a llevar adelante esa bandera de cuáles son las propuestas del partido en esta materia. El segundo es el tema de la deuda de las personas y la usura. Ahí seguimos trabajando con la propuesta del plebiscito denominado Deuda Justa y todavía queda un tirón más para seguir juntando firmas. Después están las adicciones, a las que pretendemos nombrar emergencia. Eso llevará a tomar una serie de medidas para poder prevenir y ayudar a los chiquilines, que hoy están con ese problema. Y el último gran tema es la familia. Defender y pensar a la familia como una institución que tenemos que defender y fortalecer.
Siempre digo que no hay problema humano que no necesite una familia fuerte para su abordaje. Si se perdió el trabajo o hay un enfermo en casa o una adicción, cuando hay una familia atrás se resuelven esos problemas de otra forma. Soy médica de familia y acompaño la vida de mucha gente, desde niños, pasando por adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores y qué distinto es cuando la persona está sola y es vulnerable a cuando está acompañada. En todas estas situaciones, la medicina no solo nos hace acompañar por enfermedades que tienen que ver con la biología, sino también cuando hay por ejemplo conflictos en un hogar con violencias y angustias. Y qué distinto se viven esas situaciones cuando hay una familia fuerte. Entonces Cabildo entiende que hay que defender la familia. Por eso proponemos que el Ministerio de Desarrollo Social, sea de Familia y Desarrollo Social. El programa Familia Fuertes, que traemos desde el Ministerio de Salud Pública, busca fortalecer lazos familiares y mejorar la comunicación de adolescentes entre 10 y 14 años. Entonces proponemos que pueda haber programas similares para familias con niños más chicos, con un adulto mayor o personas discapacitadas.
¿Cómo se puede encarar diversas problemáticas, por ejemplo, aquellas madres solteras de contexto vulnerable que a veces no pueden trabajar, ya que no tienen dónde dejar sus hijos?
Cabildo tiene en su programa un punto referido al padrinazgo. ¿Cuántos matrimonios de adultos mayores no tuvieron hijos y podrían apadrinar a un niño? Por ejemplo, acompañando económicamente la educación, o podrían ayudar a estas familias que a veces tienen hijos, pero no tienen los recursos necesarios para poder darles lo que necesita, como por ejemplo pagarles un club para que hagan deportes. El tema del padrinazgo es algo que realmente me gusta mucho y creo que se debe buscar la forma de llevarlo adelante.
En cuanto a las adicciones, a su criterio, ¿cuál es el mejor camino para combatirlas?
Creo que, por un lado, es la prevención. Hay evidencia científica de cuáles son las líneas que hay que hacer para que haya prevención. Y la prevención es que menos gurises comiencen a consumir. Y que los que hayan consumido no pasen a tener un consumo problemático. Este es el objetivo. Sabemos que fortalecer los lazos familiares, mejorar la comunicación, tener adultos referentes que sean parte del desarrollo del niño, ese es un factor protector. Tenemos que fortalecer los factores de protección y disminuir los factores de riesgo para realmente poder hacer prevención. Por supuesto, cuando tenemos un adolescente de más de 15 años, creo que las oportunidades que tenga en su vida pasan a ser algo relevante.
Cuando un chiquilín forma parte de un equipo, tiene un sueño deportivo, laboral o artístico, eso también hace a la prevención. Debemos entender que tener metas y sueños forma parte de la prevención. No es imposible, pero es más difícil que elija consumir. También se debe hablar del tema. Mostrar el riesgo del consumo de sustancias. Un ejemplo fue Tabaré Vázquez y la lucha contra el tabaco. Con esa campaña que inició, desde niños hasta adultos, todos supimos los daños que genera el tabaco. Se realizaron talleres en escuelas y liceos. Entonces cuando uno sabe cuál es el riesgo, disminuye la posibilidad de tener un problema con el consumo, baja la tolerancia social y aumenta la percepción del riesgo. Todos esos puntos son los que Cabildo Abierto va a proponer para la prevención.
¿Y qué sucede cuando el problema ya está instalado?
Tenemos familias que tienen este problema en casa. Ahí nosotros tenemos que pensar en el abordaje y en el tratamiento. Y hay barrios donde la acción contra el narcotráfico y ofrecer un tratamiento al adicto tienen que darse al mismo tiempo.
Sobre el tema seguridad, ¿qué opina de cómo se encuentra, principalmente en las zonas más carenciadas?
Yo veo pacientes por mi actividad médica que me cuentan que a una determinada hora se encierran en su casa o bajan las cortinas. Tienen que asegurarse de que el hijo llegó a su centro de estudio, tienen que llevarlo a la parada o ir a buscarlo porque hay miedo que en el camino le pueda pasar algo. Ni hablar de los lugares donde se escuchan tiroteos y la persona está dentro de su casa encerrada y se queda algo tranquila si los hijos ya llegaron de su lugar de estudio o si salieron a hacer un mandado. Eso vive la gente en Uruguay y a veces no se tiene ese contacto por parte de algunas personas para comprender y entender esa realidad, que existe. Por eso hay barrios donde hay que ofrecer todo en conjunto: control de la seguridad y tratamiento de las adicciones, para poder realmente ir por los dos extremos del problema.
¿Qué opinión le merece la relación existente hoy entre padres e hijos?
Nosotros, con el programa Familias fuertes del MSP, pudimos tener algunos datos. Por ejemplo, nos mostraba que 8 de cada 10 adultos no sabían cuáles eran los problemas o preocupaciones del chiquilín, ya que no lograban tener una comunicación efectiva. Estamos hablando de adolescentes de 10 a 14 años. Entonces, si yo como adulto no sé lo que pasa por la cabeza y el corazón de mi hijo y no sé a qué le tiene miedo o qué le preocupa, ¿cómo hago para hacer parte de su vida? No es a mí al que le va a venir a decir cuando tenga un problema. Por lo tanto, considero que tenemos que volver a la base de la familia. ¿Quién quiere tener un hijo en esa situación? ¿Quién quiere tener un hijo con adicciones, rodeado de violencia o con problemas de salud mental? Nadie. Entonces ¿cuán ávidos están los adultos de recibir herramientas para poder demostrar amor a nuestros hijos, para aprender a aceptarlos como son, pero también para, con amor, poner límites? Creo que esas herramientas son básicas. Son cosas que nuestra generación vivió. Quién no tenía sobremesas en casa, con primos y tíos y contaban sus problemas. Todo eso se ha perdido y hay que volverlo a tener para evitar la desintegración familiar.
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